La llegada de la primavera constituye una buena ocasión para visitar al dermatólogo. Es muy recomendable que esta consulta tenga carácter periódico, siguiendo las recomendaciones del especialista, porque ello nos facilitará el diseño de la estrategia más eficaz para el cuidado de nuestra piel. Una estrategia que debe ser personalizada en función de las características de cada paciente. Con el aumento de las temperaturas, debemos ser especialmente cuidadosos con la exposición al sol y hacerlo siempre con la protección adecuada.
En esta nueva estación, hay que ser rigurosos con las tareas de limpieza, hidratación y protección de la piel, que deben constituir rutinas de cada día. Y todo ello, en el contexto de un estilo de vida saludable, en el que la dieta juega un papel muy importante. En primavera, con la mejoría de las temperaturas y los días más largos, resultan más apetecibles las salidas y debe aprovecharse esta circunstancia para la práctica de un ejercicio físico, que compense la tendencia al sedentarismo de los meses invernales, agudizada últimamente por los confinamientos para controlar la propagación del coronavirus. Procuremos que la estación que todo lo embellece sea especialmente generosa En vísperas de la primavera, es el momento de preparar la piel para la llegada de la nueva estación.
Una época del año en la que empezamos a descubrir esa piel que ha permanecido oculta durante el invierno.
Y, para ello, debemos protegerla de los primeros rayos del sol, por otra parte tan esperado. Con ellos llega la alegría luminosa de los días que se alargan y de la naturaleza que despierta.
Nuestra piel disfrutará mucho más de este gratificante escenario luminoso, si se le proporcionan los cuidados adecuados.
Una visita al dermatólogo nos ayudará a fijar la mejor estrategia de prevención, seleccionando las cremas protectoras más eficaces. No hay que dejarse deslumbrar por la publicidad ni, mucho menos, confiar la salud de la piel al consejo de un amigo.
Recuerde que el dermatólogo es el profesional específicamente formado y preparado para cuidar la piel con garantías, tanto en los ámbitos de la prevención como en los de tratamiento.
También es muy conveniente aprovechar las favorables condiciones que ofrece la nueva estación para la práctica de un ejercicio que proporcione una oxigenación al organismo muy beneficiosa para la piel.
El deporte (adecuado a las características y capacidades de quienes lo practican) ayudará a la eliminación de toxinas a través del sudor y contribuirá a embellecer el órgano más extenso y visible de nuestro cuerpo
En primavera, no debemos olvidar la necesidad de una hidratación adecuada para mantener la elasticidad y firmeza de la piel. El dermatólogo seleccionará la mejor crema hidratante en función de las características de nuestro organismo. Siguiendo los consejos del especialista y con el telón de fondo de una dieta y unas costumbres saludables, podremos lucir una piel de la que estar orgullosos para recibir a la primavera.